Noches de pimienta

Las noches se empezaron a vestir de pimienta y de sal. De estornudos y de no saber a donde vas. De querer estar allí, allí, cuando seguía aquí y aquí. De esperarte, de esperarme de revestirme de sal y lucidez, para que si me lames, te quedes sedienta y llena de saber.
Eso dijo escrupuloso y tupido de noche la mujer que pagada con propina había dejado mis alientos sujetos de mentiras en un beso.
Es decir
una prostituta que no tenia nombre ni postura gratis
Espero que no entre un gato negro de repente en mi relato.
Un gato tan poético, tan literario tan sigiloso, en la boca ratón, colgándole el rabo, y silencioso que camina por el día.
Ah, no ha de entrar, no ha de entrar en mi relato.
Las noches se vestían de vino blanco y pescado, decidió escribir al fin, como una frase que lo decía todo, como un titulo, pensó, ese es el titulo.
Y no se dio cuenta que en el fluir de sus dedos ya venía todo escrito de antes, de luego, de entonces, y sudoroso se leía sin quererse pensar, sin quererse pasar, sin quererse restregar contra las últimas palabras, como si no fuesen suyas, como si luego, o como si ayer, ya estuviesen dejadas en hoja marchita que no ha de leer.
Y le dio miedo volver atrás, y borrar
borrar
borrar
es algo que no se puede hacer tan impunemente
corregir, cortarte, rellenar,
¿y quien lo hace?
Tu mi de mañana que no soy yo.
Yo soy el yo de hoy, el que se gira para ver como una flor habré sus pétalos en medio de la noche...
ya..., en la tele, siempre en la tele, siempre en otra parte.

¨Me lo estoy perdiendo todo¨ pensó ella de repente. ¨Me estoy perdiendo todo desde otro angulo¨. ¨Me estoy perdiendo todo hasta me estoy perdiendo la oportunidad de mirar desde otros ángulos¨. Pensó de nuevo.
Estaba desnuda eso si, desnuda y sentada en el suelo escribiendo despacio, claro, que en un papel de antes, con la pluma mojada en tinta, la pluma del abuelo, de luz un rayo de luna.
Desnuda y encendida, como queriendo tener sexo y no queriendo. Como que si llegase la ocasión sin culpa dejaría su sudor empañar las palabras en un borrón de negro de arañazos y suspiros, sus piernas temblaban, como si la brisa hubiese rozado justo ahí donde sus dedos se dirigían despacio que para que seguir.
Eso pensó,
y pensó,
un segundo que me voy a corregir.

Y se leyó y ya todo el relato había cambiado,
y borro ¨sigiloso¨ en lo del gato que estaba repetido,
y pensó en borrar más en borrar esto,
y se dio cuenta de que un relato puede cambiar
y me doy cuenta que un relato puede cambiar
de yo, de nombre, de titulo, de palabra de ser, de serenidad, de verdad, de mentira, de manos, de ojos, de idioma, de calor y de silencio.
Y me doy cuenta de que una vida pude cambiar de nombre, de titulo, de palabra de ser, de serenidad, de verdad, de mentira, de manos, de ojos, de idioma, de calor y de silencio.
Borrar algo, cambiar, imaginar que fue de otra forma, que es de otra forma, que sera de otra forma.
Y, para que negarlo, me gusta lo que fue, lo que es y lo que ha sido. Lo que será me da un poco de miedo, pero no me atrevo ni me atrevería a cambiar una palabra, una dirección un gesto.

Si tuviese las llaves de mi futuro las tiraría
no
me las tragaría, mejor
con un poco de pimienta quizá un estornudo
para saber que nadie, va a atreverse a cambiarlo.

Dejemos que el futuro venga, que venga que venga
me siento feliz

Y ya llegó, de nuevo, me pilló el futuro a tiempo.

Y me dejó como una mancha roja de pasado en la calzada.

De nuevo llegó, me pilló el futuro a tiempo.

Que no hay donde escaparle, donde esconderle,
somos seremos y fuimos un suspiro,
di conmigo
somos seremos y fuimos un beso
fuimos seremos y somos un sueño
seremos somos y fuimos un...