"De momento, te has librado"

Decía mi abuela de 92 años al llevar ingresada en una clínica 5 días “no se si volveré al pueblo”. La pobre, tras una caída (por andar haciendo el cabra), solamente tenía una fisura en la pelvis y una pequeña brecha en la cabeza.

Y como toda paciente de su edad que se precie, es sometida a innumerables pruebas, que ni yo pasaría, pero esta mujer de naturaleza agradecida iba superando “con nota”.
Resonancia de la pelvis, corazón, pulmones, analítica… A los 8 días, los médicos seguían con la intención de rebuscar más y más.

“Está algo descompuesta” ¿Entonces, por qué le dan jarabe para evacuar?. “Dice que le duele la tripa” Abuela, levántate y como siempre me dices “El aire fuera que dentro más queda” que has cogido frío cuando te llevaban por los pasillos a mirar no se que. “Le duele la cabeza” ¿Han probado a bajar la calefacción? Y lo más importante, ¿por qué chillan, acaso está sorda? y un sinfín de absurdeces que no voy a nombrar...

El caso es que hoy, después de casi ¿10 días? Y haber discutido con la médica, que no tenía argumentos para tenerla allí más tiempo, la hemos llevado para casa. Ella cada día estaba más desanimada y se sentía "torpe".

A regañadientes hemos conseguido el informe y como no, hemos firmado el papelito de rigor que dice que nos hemos negado a hacer más pruebas… y yo me pregunto ¿por qué no lo firmó ella, si no tiene demencia senil y está en su sano juicio?

Vamos, que si siguiera allí, al final acabarían encontrándola algo.

¡Qué tonta! ¡se me olvidaba! ¡mi abuela estaba en una clínica privada! ¿Tendrá eso algo que ver? No se, soy muy ingenua… claro, hay que ocupar camas ¿qué desperdicio verdad?

Menos mal que podemos decir aquello de ¡Bienvenida a casa!
Y tú sigue a lo tuyo que tan mal no lo has hecho hasta ahora.

TE QUIERO, ESPÍRITU INQUIETO