Párpados

Hoy he realizado un sobreesfuerzo humano. Mis párpados se negaban a despegarse, completamente desplegados, protegían a mi vista de los tímidos rayos de sol de la mañana.
En algunas escuelas con solera, aún se conservan enormes persianas de madera, tan pesadas que no se levantan con un simple movimiento de brazo. Eso mismo me ha pasado... ¿Cómo un acto físico tan simple puede requerir tanta energía? Tremenda lucha se desencadenó, una parte de mi sometida bajo presión al sonido de dos despertadores, que interrumpían bruscamente mi sueño. Por otro lado, mi cuerpo, y en especial mis párpados estaban en huelga. “¡Eso es explotación parpadiana!” me dijeron “¡Estamos horas y horas al filo del cañón, trabajando intensamente, sin una hora de descanso, sin poder bajar la guardia y también nos cansamos de las horas extraordinarias de los fines de semana” Es que flipo... la que se tenía que enfadar soy yo. A veces estoy pasándomelo genial de juerga y me dan el toque, ponen la hora de cierre cuando les da la gana, sin avisar. Y yo les digo “¡Pero chicos que acababa de pedirme una cerveza!” pero les da igual, ni caso. Ellos a lo suyo.
¿De qué se quejan? El mejor alimento gratis, comida bien triturada, digerida y transportada hasta arriba por VTS, (Vasos Transportistas sanguíneos) servicio a domicilio. Incluidos glóbulos rojos, blancos y plaquetas en el lote. También hacemos salidas al campo. Por las mañanas agua fresquita.
¡No hay derecho! Las consecuencias han sido terribles. He ido con prisas al trabajo y he llegado algo tarde. Esta vez se han pasado. Si conoceis a algún experto en revueltas parpadianas, por favor, ruego me llame urgentemente.
¡Otra vez! Ya están chapando, ¡serán cabroncetes!. Hasta mañana.