Objetos y seres animados

Objetos y seres animados.

Las calles siguen en sus sitios, con sus viejos nombres que nadie se ha molestado en cambiar; lo cierto , es, que no hay razón para ello.
La noche, que tan equivocadamente utilizamos para dormir, la emplea el soldado taciturno en su guardia, para pensar. Su mente se concentra ahora en la bayoneta del fusil o arma (la lucha cuerpo a cuerpo, el sudor, olor a sangre y polvora derramada, el tiempo que lleva sin ver a su novia – suficiente).
Cuando la luna se ha movido unos metros en el cielo, repara en el rumor de unos pasos, ve una hembra que se acerca a la cabina de telefono cercana al cuartel. Sus pasos son rápidos; acelerados.
Introduce unas monedas, marca el número y espera. No hay respuesta.
La luna se oculta tras las nubes. La cabina es ahora el único foco de luz en todo el entorno, en toda la ciudad, en todo el maldito planeta.
La mujer vuelve a marcar – espera – no hay respuesta.
El soldado la mira desde lo profundo de su garganta., y ve a la hembra. Hace días o semanas o meses, no lo sabe con certeza, que alguien debería haber venido a relevarle de su puesto. No ha venido. Y por un momento se da cuenta de que es el único soldado en todo el cuartel, en todo el pais, en todo el maldito planeta.
Siente deseos de abandonar su posición; tiene ordenes, ordenes claras y directas.
La mujer vuelve a marcar; el soldado piensa que sera la última vez que marque, pero no sabe por que lo piensa. Ella lo sabe con certeza.
Alguien descuelga al otro lado, los ojos de ella brillan y sonrie. Sonrisa y palabras truncadas por un estruendo seco: el restallido en el aire de un disparo. El cristal de la cabina estalla y la mujer se desploma en el suelo, muerta, envuelta en sangre.
El disparo procede de un edificio en ruinas, de un rifle con mira telecópica. Un francotirador se limpia el sudor y piensa que la noche no se ha hecho para dormir.
El soldado ha visto morir a la hembra ante sus ojos, una hermosa mujer ha muerto ante sus ojos.

A miles de kilómetros un hombre cuelga extrañado el telefono .¿Quién era ? pregunta una mujer.
- no lo se – responde el hombre, y comienza a desnudar a la novia del soldado.


Comentarios

Otro vándalo destrozando cabinas de teléfonos, hay que ver como está el mundo...


Josex
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