epitafio

el fecundo éter en el que nada mi nada rechina cuando asomas la cabeza por la puerta que me cerraste al salir de hurtadillas de los entresijos de mi vientre...
este breve encabezamiento formal será el epitafio que se mofe de mis iras cuando deje de estar muerto; el día en el que cuando me ames yo no sepa rechazarte, ese en el que ya no seré yo quien de noche se asome a tu ventana a lanzarte por la espalda algún suspiro quejumbroso...
el día que me muera recuerda que vivo queriendo olvidar que no estoy vivo, que por un calcetín roto se me han caido varias vísceras y que las promesas que duran un minuto son ya cosa de chavales


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