Uno

« Mili ; dicen por ahí que vieron a tu hermana con un tío anoche »
« No te preocupes, la peque sabe cuidarse, además ya tiene edad para flirtear »
« Si, pero el muy imbécil decía después que se la había follado repetidas veces»
« ¡ Menudo bocazas , el elemento ! ¿ Crees que será verdad ? »
« No, no creo que tu hermana se liara con un subnormal bocazas »
« Se lió contigo, ¿ no ? »
« Pero yo no me la tiré ; ¿ Crees qué le haría eso a un amigo ? , eso sería casi un incesto ; sería como acostarme con tu madre »
« ¿ Y ? » « Joder pues que tu podrías llegar a ser mi hijastro, y eso sería muy complicado, oye, ¿ le has explicado a tu hermana lo del sexo y todo ese lío ? »
« ¿ Yo ? Eso se supone que tienen que hacerlo los padres, los profesores, ya sabes expertos »
« A mi nadie me lo explicó, creo que mis padres ni siquiera saben como nací » « Si supieran que podrían haberlo evitado se llevarían las manos a la cabeza »
« No te pases ¿ Ehh ? »
« Yo creo que lo que pasa en este país es que nadie tiene narices ha hablar claramente sobre el tema ; además si tú y yo ahora tuvieramos un hijo ya seríamos “padres”, ¿ nos haría eso más sabios ? ¿ “expertos” ?»
« ¡ nos haría famosos ! , imagínate los periódicos , “ MILI y FRAN , los primeros padres masculinos de la historia “, sería la leche ! »
« No digas tonterías, hablo en serio, los padres dicen que tienen derecho a educar sexualmente a sus hijos, y no lo hacen ; si los profesores lo intentan se les echan encima como fieras, « no tienen derecho, no pueden decirle a nuestros inocentes hijos que meneársela es normal », decía una señora por la tele el otro día, unos por otros y la casa sin barrer »
« Me gustaría estar con la hija de esa señora, a ver que le ha contado su mamá »
« Nada seguramente, además cuando te hablan del tema es para contarte las cosas malas, que si el SIDA, que si cuidado con los niños. Es como tener una manzana y explicarle a alguien que la piel puede estar llena de sulfatos, que puede tener gusanos, ¡ Joder ! ¡ Se le quitan a uno las ganas de comérsela !. Te hacen mirar el sexo con gafas de catorce dioptrías cuando los que tienen la vista cansada son ellos »
« Bueno, ¿ Entonces vas a hablar con tu hermana ?»
« Joder , me da un palo increíble, habla tú con ella »
« ¿ Yo ?, venga ya, es tu hermana a mi no me metas en líos »
« Somos una mierda »
« Tienes razón, ¡ menuda mierda de tíos somos !»
« Oye, ¿ y si se lo decimos a Sonia ? »

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Mi habitación es bonita, la mesa al lado de la gran ventana repleta de papeles y de un desorden que mi madre nunca comprenderá su lógica, la cama sobre una pared, blanca, encima recortes de periódicos postes y fotos por todas las paredes, imágenes. Cierro la puerta, el armario cerrado, siempre cerrado escondiendo sus secretos, otra mesa, otra cama y otro armario, de mi hermano muerto, colocadas sin desorden, sagrados, pareciendo esperarle, negando el olvido y la partida, dando un toque de tristeza a la habitación bonita.
Me siento en el suelo, sobre una alfombra verde, enciendo un cigarro, una calada que se esparce y lo llena todo, otra, me levanto y abro la ventana, me siento con un cenicero en la mano, otra calada, el cigarro parece gritar en cada una, blanco, blanca boquilla, recuerdos.
Mi hermano no me dejaba fumar aquí, lo demás era perfecto, risas, juegos y conversaciones que se perdían en la madrugada por el sueño.
He visto a su novia ayer, triste imagen, en la biblioteca, ella le recuerda en mí y yo le recuerdo en ella, en todo, hablamos poco, tenía prisa, siempre tiene prisa, parecía cansada en las ojeras de sus ojos, fuma demasiado como yo, eso no es bueno.
«Hola Davi»
«Hola Kati, cuanto tiempo ¿qué tal te va?»
«Bueno... imagínate... mal»
Saca el paquete de tabaco, coge uno, me ofrece, cojo uno, lo encendemos.
«Gracias»
«¿Tus padres?»
«Bien supongo, ya sabes como son los viejos, lo lloran todo de una vez... a veces les envidio»
Sonríe, es bonita, siempre la había visto como la novia de mi hermano, ahora...
«¿Y Elena?, ¿qué es de ella?»
«¿Elena?... ella... la verdad es que hace un par de semanas que no sé nada de ella, me ha dejado»
«Vaya, lo siento...»
«No, no sé, supongo que fue culpa mía»
«...»
«Por cierto, ¿tienes prisa?... si quieres podemos ir a tomar un café»
«Oh, me gustaría Davi, pero ahora no puedo, quizá en otra ocasión...
Se va, la miro mientras tiro el cigarro y lo piso, en otra ocasión sonó sincero, se aleja, la calle está mojada y los edificios grises, antiguos y no muy altos parecen existir únicamente para ese momento, la imagen se pierde...
Otra calada, el cenicero inmóvil, el humo comienza a hacerse visible mientras toma posesión de la habitación, gracias, ahora es demasiado grande, demasiado triste, otra calada, volví a fumar de nuevo cuando mi hermano murió, dos años sin tabaco, ahora se que nunca lo dejaré, otra calada, le echo de menos, de una forma que a veces parece enfermiza, veo su rostro dibujándose en el humo y riéndose, era genial, ¿por qué siempre se van los mejores?, otra calada, llega la imagen de Elena, dejándome...
«¿por qué?»
«no lo sé, ojalá hubiera un porque para todo pero...»
«¿ha habido alguna más?»
«Sí»
Llueve...
«¿Habrá alguna más?»
«No lo sé, ya no lo sé, ojalá te pudiera decir que no pero...»
«¿Pero?»
«Pero no puedo»
Llueve, rostros mojados, ¿llora?...
«¿me sigues queriendo como...»
«Sí, te sigo amando como antes, eso no ha cambiado... pero... algo se rompió cuando él se fue... no sé... estoy demasiado perdido ahora»
Llueve...
«Dime que no habrá ninguna más, por favor, puedo borrar el pasado, pero si no puedo confiar en ti... sería absurdo»
«No lo sé, cariño, no lo sé»
Llueve lloramos...
...ella sabe mi tristeza y la respeta, sabe que jamás volveré a ser el mismo que la abrazaba en los parques y la besaba tan cariñosamente que la luna temblaba, le duele, le duele tanto como a mí, dolor, siempre dolor, dolor por este amor que compartimos, dolor porque he visto como las cosas desaparecen tan inesperadamente, dolor por ella, dolor.
Otra calada, su imagen se va, ella ya se ha ido, otra calada, toso antes de tragar el humo, otra calada...

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Son increíbles los peces ; ahí dando vueltas en la pecera, sin ninguna preocupación, abriendo y cerrando la boca. Tienen comida, les cambio el agua todos los días ¡ si que viven bien los peces ! Y un día aparece alguno flotando panza arriba, ¡ se acabó !, se murió el pez, desaparece, acaba en la basura y posiblemente en uno de esos gatos negros que corretean por los contenedores. Interesante vida la de un pez, si señor. ¿ preocupaciones ?, Sí, puede ser que sufran de estrees porque yo sé que les daré de comer todos los días, pero ellos no lo saben ; y no pueden hacer absolutamente nada para cambiar esa situación.
Como cuando empecé con Carmen ; al principio , cada vez que salíamos me preocupaba que se aburriese, que viera algún detalle en mi que no le gustara y no me llamara más ; yo era su pez, tratando de conquistarla con mis movimientos en la pecera para que no se olvidara de darme de comer ; era un ritual, había tensión pero también un magnífico equilibrio. Después, cuando se fue a Galicia, a trabajar en esa casa de Santiago, cambiaron mucho las cosas ¿ Qué esperaba de mi ? Ella rompió el equilibrio, aunque también encontró cosas buenas, sí, esos discos de música celta que me ha enviado y escucho a todas horas, tratando de imaginármela dando de comer a los niños o llevándolos al colegio, o planchando , pero es duro. Al principio esperaba horas junto al teléfono, mi padre pensó que me había vuelto idiota, fue entonces cuando empecé a observar los peces ; una mirada al teléfono y otra a los peces ; antes era mi madre la que les daba de comer, empecé a hacerlo yo y sigo haciéndolo, me gusta ; cuando Carmen se fue lloraba a menudo ; nunca se lo dije, esas cosas no se dicen , y menos a la persona a la que quieres , ¡ sería un jodido chantaje emocional !. Le puse su nombre a uno de los peces más inquietos , el naranja que es vivaracho, y no para, ella es pelirroja, Carmen.
Recuerdo que “Carmen” era el único pez que parecía saber que yo existiese ; se pasaba horas mirándome a través del cristal ; un pez muy listo. Un día le compre un compañero : “ Evaristo”, se olvidó de mi, pero no me importó en absoluto, se les veía tan felices, persiguiéndose en el agua, jugaban a juegos divertidos, “ Carmen “ siempre ganaba.
Carmen ha distanciado sus llamadas ; le falta tiempo dijo, “ no se que contarte, no hago nada importante “, estúpida , ahora todo es importante, el aire que respiras, si fumas más o menos que antes, los escalones que tiene tu portal, los libros que hay sobre tu mesa, si te has vuelto a mojar por el “orballo” mientras mirabas embobada la fachada del Obradoiro ; pareció no querer entenderlo.
El otro día apareció “Evaristo” flotando panza arriba. Me dio la sensación de que “Carmen” también llora, sólo que el agua me impide ver sus lágrimas, ¡ es increible la vida de los peces !
Suena el teléfono, no se si cogerlo , nunca es para mi.
« ¿ Qué haces ? »
« Nada Carmen, miraba los peces “ Evaristo” ha muerto y “ Carmen “ está muy triste »
« Pues cómprale otro novio, es muy sencillo »
« No es tan fácil, “ Carmen” quería a “ Evaristo “ »
« Haz lo que quieras, te llamo porque este viernes voy a verte ; ya tengo algo de dinero »
« Iré a esperarte a la estación, ¡ Que sorpresa !, ¡ no sabes lo feliz que me haces ! gracias »
« No seas idiota, no me des las gracias, voy a verte porque quiero verte, porque también necesito verte, no puedo llamarte todos los días para decirte que te quiero sería una tontería, un gasto inútil »
Espero ansioso que llegue el viernes ; quizás las cosas no vayan tan mal entre Carmen y yo ; me preocupo demasiado, la distancia juega a veces malas pasadas. Me vendría bien salir de esta asquerosa ciudad de vez en cuando ; a veces es como un pecera gigante donde nadie puede ver tus lágrimas. ¡ estoy tan contento ahora ! Puede que haya una inteligencia superior que nos mira desde fuera, Dios o algo así, un ser mágico que cuida de nosotros en esta jodida pecera, y puede que el sepa que va a darnos de comer mañana pero nosotros al igual que los peces no lo sabemos y nos preocupamos cuando no podemos hacer absolutamente nada. Mañana le compraré otro novio a “Carmen “, a ver si esta vez le dura un poco más.

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Ronronea un gato mientras devora sobre el contenedor un pequeño pez, disfrutando lentamente de cada bocado, me mira y maúlla sin importarle mi presencia. El humo de un cigarro se pierde en mi boca mientras el pez se pierde en la suya, luego salta de un contenedor y en una rápida carrera se desvanece bajo un coche. La calle queda vacía, mojada por la fina lluvia de esta mañana, el cielo gris, tristemente gris, pasará...
«...sí, medía docena de rosas rojas, por favor», la dependienta se vuelve y las escoge despacio, poso el dinero sobre el mostrador, me vuelve a mirar con una gran sonrisa y me las da
«espero que le gusten»
las rosas están en mis mano, “espero que le gusten”, que absurdo, “espero que le gusten” abro la mano y salgo corriendo mientras se desparraman por el suelo, muertas...
...cerca de la biblioteca me cruzo con Davi, enciendo un cigarro, hablamos...
...apago el cigarro enterrándolo en el suelo, me siento sobre su lápida de mármol rayado por su nombre, no le gustaba que fumara, decía que besarme era como lamer un cenicero, luego se reía y me besaba. Entonces... agarrados de la mano olvidábamos las vueltas del reloj, pero ahora los minutos están devaluados, desde que su rostro quedó inmóvil y me hizo llorar
«te echo de menos».

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Cuando se apaga la furia siempre quedan cicatrices en alguna parte, esa es su razón supongo. Eva sigue sentada, ahora es cuando pondrá su genial cara de aburrimiento y yo me sentiré un imbecil por seguirla hablando de lo mismo... Un par de viejos sentados en el banco de enfrente me siguen mirando y murmuran algo entre ellos, me siento como un verdadero imbecil, claro, sólo han oído mis gritos y me han visto de pie gesticulando como un bufón mientras ella sigue sentada totalmente indiferente, ¡ellos que saben!...
Me pongo de pie sobre el banco y les saco la lengua mientras muevo las palmas de la mano abiertas con los pulgares pegados a mis orejas, je, se levantan y se van mirándome como si estuviese loco, je, ahora ya no se meteran en lo que no les incumbe...
«Anda Juan, deja de hacer el imbécil y siéntate»
Me siento... me siento un completo imbécil. Lo ha conseguido de nuevo, ha sacado lo mas absurdo de mi y ahora me mira con sus ojitos esperando a que me disculpe, no, no, esta vez no me va a vencer ocn su guerra psicológica...
«que esperabas, que te aplaudiese...¡oh, si!, eres la genial, la única, la maravillosa Eva que me cuenta que se ha acostado con otro tío y yo el cornudo más cornudo de esta necia ciudad me arrodillo ante sus pies y le doy las gracias por ser tan sincera...»
«Anda Juan, déjalo por hoy, ¿que esperabas?»
«No lo sé, Eva, no lo sé...¿que crees? que esto no me importa nada, que no me acuerdo de la química de antes, de esos besos que nos hacían cerrar los ojos y esas caricias que nos hacían tiritar en vez de hacernos heridas como ahora, si, claro que si, si, antes parecíamos estar llegando al fínal del esperimento, había algo nuevo cada día, algo salvaje... pero ahora...nos hemos convertido en unos bufones del amor, ¿una pareja?, quizá, pero sólo porque es la definición a la que mas nos acercamos...no lo sé...¿que crees que esperaba?»
Eva me mira fijamente ahora y sus ojos comienzan a temblar, no puedo evitar agarrar su mano y acariciarla, siempre es así, ahora siempre colgados en este yo-yo que nos ha hecho olvidar el tu-tu de antes...
«Vaya susto que le diste a los viejos...» dice encendiendo una sonrisa
«Si...lo siento, dame un beso»
«Ven aquí cariño»

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La vieja me mira con gesto de querer decirme algo, sonreírla bastaría para darle pie a que se acercara, me hablara. No lo hago, todos saben de mi dolor, desde que murió me he vuelto transparente, y me molesta que todos puedan ver mi dolor. Miro a la vieja, tiene un rostro sereno, cálido, me conforta ; ¡ no ! No pienso dejar que nadie, nadie, me arrebate un sólo gramo de dolor, ¡ es mío ! , y aún sabiendo que no cabe en mi pecho no quiero compartirlo. Es un secreto entre él y yo, un secreto a voces, que va de boca en boca y recorre las esquinas, golpeo la piedra que le cubre, primero lentamente, luego con fuerza y siento que la rabia y la impotencia fluyen hacia fuera derramándose en lágrimas que la lluvia ayuda a disimular. ¡ Me has dejado tan sola ! , pienso en un verso que me escribió una vez : « Prometí ser tu ángel de la guarda, cuando muera...» , me vuelvo bruscamente para poder sorprender su sonrisa a mi espalda, como cuando antes se acercaba sigiloso y me besaba el cuello y las orejas, había olvidado que la vieja me miraba, me avergüenzo un poco porque me ha visto, aunque ahora mira hacia otra parte y se me escapa una sonrisa...
«... pero el tiempo lo cura todo » escucho decir a la vieja, que se llama María, asiento sin prestarle mucha atención, lo sé, todos me lo han dicho, pero yo no quiero que el tiempo me cure. Estamos sentadas en una cafetería y al fondo, cerca de la televisión creo reconocer a un amigo de Davi, son las siete de la tarde y está completamente borracho aunque lo disimula muy bien, me gustaría poder disimular así mi dolor, me lo he cruzado varias veces de camino al cementerio, me mira como si me conociera, creo que no.
María se da cuenta de que no le presto mucha atención, y me trae de nuevo al mundo «¿No te gusta el café ?, no lo has probado ? » « Ohh, sí, lo siento » Bebo un pequeño sorbo, está caliente y es una sensación agradable. « Piensas que cuando dejes de llorarle estarás dejando de quererle, pero no te preocupes, no es así ». Lo ha dicho como lo del café, sin darle mucha importancia, pero esas palabras me traspasan, llegan muy dentro, sólo puedo sonreír y decir gracias. « Mira, jovencita, tengo aquí unas revistas que pueden ayudarte » , se da cuenta de que por primera vez sus palabras no parecen suyas, todo empieza a sonar como un discurso bien aprendido, comienza a sacar del bolso revistas de los testigos de Jehová, bastante atrasadas, sonrío, « bueno, las miraré » , digo en un tono poco convincente, María, se da cuenta y sonríe a su vez « ...aunque yo ya tengo mi propio ángel de la guarda». Todos necesitamos creer en algo, formar parte de algo. Me miro en el espejo del baño y me digo a mi misma : « deberías ser más lista, chica », aunque María me sigue pareciendo una viejecita simpática, a pesar de todo. Al salir, la veo junto a la mesa del borracho « ...mire señora, no creo en la religión católica que es la única verdadera como para creer en otra, ¿ sabe como le digo ?, aunque si su nieta quiere explicármelo no me importaría » . Salimos del bar cogidas del brazo, muy dignas las dos, yo mirando hacia otro lado por no poder contener la risa, María, no está ofendida aunque murmura « estos jóvenes cada día son más impertinentes...», fuera llueve, nos despedimos y prometo tomar algún otro café con ella, me alejo con una sonrisa recordando las palabras del borracho, del amigo de Davi, por primera vez en mucho tiempo me he hecho una concesión a mi misma, y no me parece malo este paréntesis, arrojo las revistas a un contenedor de papel, me siento un poco mala, una traidora, pero ¿ qué iba a hacer con ellas ?, la noche ha caído hace unas horas, me fijo en los ojos de las personas que me cruzo, estoy buscando a alguien, alguien que una vez me regaló una poesía, acompasó mi andar al ritmo de unos versos que ahora comprendo enteros, de golpe :
“ prometí ser tu ángel de la guarda, cuando muera,
prometí ser sincero y no tengo verdades que darte,
prometí sujetarte la escalera,
para que subieras a la luna y la cogieras,
...y me fui “
y ahora no me parecen tan tristes como antes.