- ¿Y qué más da? ¿Llevas toda tu vida atada a lo que los demás piensan y mírate, ¿para qué te ha valido? Libérate– dice poniendo el coctel en sus labios –Yo me voy a marchar con el ahora. Mira que músculos, que cuerpo. Si no lo hago me arrepentiría toda mi vida, ¿sabes? ¿Pero qué más da?
-No sé, podría ser su madre, o su abuela.
-Y yo podría ser su bisabuela, pero te aseguro que va a tener que sudar esta noche para que la abuelita le regale algo.
-No digas tonterías.