Mermelada de manzana

Ella me dijo que no creía en el amor eterno. Le dije que el amor no existe y que nada es eterno. Su mirada se sumergió en mis ojos diciendo suavemene que vivía tan bien sola, tan feliz. La mía rozó sus labios susurrando que yo estaba completo que no me faltaba nada de nada... nos besamos..

El rozó mi brazo al decirme que no quería cambios en su vida, como sin rozarlo y mi piel no pudo evitar rozar su mano al decirle que me encontraba tan agusto ahora con la mía, que no quería tampoco añadir nada... nos besamos...

aquel primer beso fue una mezla de sonrisas, magia y amor de verdad
aquel primer beso nació de nuestra libertad de no darlo
aquel primer beso nos hizo diferentes.

Al día siquiente nos vimos debajo de un manzano. Ella cogió una manzana dorada la mordió suavemente, luego con sus ojos encendidos me la ofreció.

La siguiente mañana nos encontramos en el manzano. El rechazó la manzana que le ofrecí.

“Soy alergico a las manzanas” le dije “pero podemos hacer mermelada”
“¿de manzana?” pregunté curiosa
“No, de amor para siempre”

Y nos amamos para siempre los años que estuvimos juntos.
y nos amamos eternamente el instante que estuvimos juntos
y lo que fue, fue fuego fue fuerza fue fueisera fue fuera y dentro, fue fugaz y eterno.

Luego cada uno cogió sus ingredientes y nos fuimos con la mermelada a otra parte.


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