Y otra frase borrada. Otra que ya no existe. Antes, cuando tenías que arrugar el folio, eso le daba un significado más profundo a la decisión de convertir en inútil una frase, una idea sangrada en el papel, un borrón o un dibujo, entonces, ya existía, solo podías transformarlo, quemarlo quizá y soplar las cenizas de las palabras muertas, pero ya existía. No podías borrar su existencia, había nacido en el interior de alguien, en sus manos, en el árbol muerto transformado en túnica donde dejarse arrastrar del interior a la tinta. Hoy he borrado tres frases en el ordenador y la energía.....oO