Que felices fueron aquella tarde, la lluvía seguía cayendo fuera mientras el chocolate bajaba calentito por su garganta, mojaban churros bizcochos y galletas en forma de estrellas, así se hacían en la ciudad de la alegría. Eva sorbía el chocolate con una sonrisa encantadora mientras una especie de bigotito, con color de chocolate, rodeaba sus labios, y Dari mientras comía con sus pequeños bocados no paraba de preguntar cosas, miles de cosas con la boca llena...