El confitero loco subió a recoger estrellas. Elegía las más luminosas, las más maduritas, las más hermosas y las iba posando en un mandil, cuidadosamente, y cuando ya lo llenaba sujetándolo con ambas manos bajaba de nuevo
Y las metía en la pota que hervía con el fuego del sol
que es una energía alternativa y barata, ponía en su anuncio de prensa
ponía también en letra más grande
"Por la compra de dos tarros de mermelada de estrella regalamos uno"