TCuento


Te cuento un cuento. Lee, escribe, comenta o colúmpiate, lo que tu quieras. Y recuerda que la realidad es una alucinación producida por la falta de alcohol...

LA NOCHE QUE TE DESCANSA. ( Duende, busca chica)

Oscureció, como un susurro, una noche nueva, que no entendía de ausencias. Y dibujó en un cielo completamente negro, una lluvia de estrellas. Y pensó la noche que aun era demasiado pronto para que amaneciera, y se quedó...oO


V

La primera semilla la plantaron en el diminuto jardín de montaña, al lado de plantita arrugada. No se atrevieron a plantar más que una porque sentían miedo de estropear aquellas cosas diminutas y delicadas. Antes de plantarla David sacó cuidadosamente la pequeña semilla de uno de los sacos que les había dado la vieja lágrimas, y la dejo un rato en la palma de su mano mientras los dos la miraban asombrados.

Esta noche me he hecho viento,
No mas grande , no mas pequeño,
Por supuesto no quería,
Hubiera preferido hacerme sexo,
Caricias, saliva,
O al menos sentimiento,
Manos, pies, barriga, cuello,
No quería,
Mi cuerpo se aferraba a lo concreto,
A la tele; al tabaco,
Al café, al aroma que se esparce,
Al sabor del beso viejo.
Me he hecho viento y no quería,
Y NO QUIERO,
Y esa puta luna llena el firmamento,
De poesía que no quiero;
Y utilizo palabras soezes
Y vulgares, como joder,
Ostia , que mierda
Y esa puta luna llena,
Llena el firmamento
De poesía que no quiero,
Como no quiero perder
Mi cabeza,
Mi puta cabeza dura,
Y me declaro
Carne y hueso,
Y me aferro al colchon como un poseso,
Sin la duda, de si las lagrimas lloradas hace un rato,+
Son agua y sal ,
O puta lluvia...oO


IV

La vieja lágrimas estaba llorando cuando asomó a su jardín, claro, como siempre, siempre, siempre, una lágrima resbalaba por su cara mientras otra comenzaba a nacer en sus ojos. La lágrima cayó en los petalos de de una flor y los acarició mientras se deslizaba hacía el interior de la flor, «oh, -se dijo- las semillas que salgan de esta flor seran preciosas pero estaran llenas de tristeza» y lloró un poquito más al oir su propio pensamiento. Entonces sintió un murmullo que venía desde fuera del jardín, miró con sus ojos borrosos llenos de lágrimas y le pareció ver un hombre muy muy grande junto a otro pequeño mirando absortos sus plantas. «que extraño -se dijo de nuevo- ¿será que mis ojos llenos de lágrimas me engañan?» y sin dudarlo dos veces se acercó hacia donde estaban los dos hombres.