Escritos de kamasiense

Sentía el dedo de la niña de Sara amarrándose fuertemente a mi anular. Ella no me miraba, toda su vida se encaminaba en ese momento a bajar esos tres peldaños. Sentía su mano, pero podía sentir su corazón. Me preguntaba si la mano de mi hijo sería igual, si también podría sentir su alma a través de su piel. Me avergüenzo de decirlo pero no estaba segura de quererlo como ahora quería a Inés, esa pequeña luchadora que por fin había conseguido su objetivo, y ahora se afanaba en volver a subir. Me dejaba llevar imaginando como serían mis sentimientos tras el parto, y ¿si no sentía nada? ¿.....oO


la vida nos empequeñece, decia nagual por ahi. ahora mas pequeña que nunca, arrodillada frente a mi propio sueño, me tambaleo,...estoy a punto de caer a un puto agujero sin retorno...oO


Lo escribo asi, a pelo, como me gusta cojer, como lo he hecho estos dias.Lo escribo desde la tristeza de este aeropuerto, sin sentirme ni un poquito sola, porque bastante tengo conmigo. Aporreo agresiva las teclas para mi, para mis ojos, estupidos y humedos ojos. Aqui conociendo de sobra mi puto destino, acompañada de tantos recuerdos, que no me importa ya olvidar, aunque aun me saben los labios a chile y camaron.
La vida es como tu quieras mirarla, lo tengo claro, y cada amanecer y atardecer, el me lo ha repetido entre besos y abrazos. Nada es verdad nada es mentira. Si, lo se, A.....oO


Le temblaba el pie derecho. Su mano doblaba insistentemente la oreja. Reposaba la mano sobre su pierna y en pocos segundos volvía a dirigirla hacia su oreja, siempre la misma, la derecha. Su cara estaba palideciendo y junto con la mirada perdida en el fondo de todo, parecía un loco. No sonreía, quizás brevemente una mueca, aviso automático de miedo...oO