Relatos

Relatos para gatos

Respiro hondo, sentado, acorralado asustado que fue mas un suspiro que necesidad de aire, sudoroso con frio, lo que ellos llaman miedo supongo que es esto, ansia, ansia de algo no es, ansia de ansiedad, de ansiarme lejos. Opresion en el pecho, ataque al corazon, no me duele el brazo izquierdo, el pulso va rapido pero va toc-toc-toc… llaman a la puerta...oO

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Era ya la segunda vez. También la practicaron una cesárea. Con una delgadez extrema de la madre, los médicos admiraban perplejos como había podido sobrevivir el bebé. Era un milagro. La mujer, con un gran cargo en una empresa farmacéutica padecía de algún tipo de trastorno de la alimentación. Durante los nueve meses fue incapaz de dejar uno de sus múltiples vicios, el tabaco. Consiguió reducir la dosis a cinco cigarrillos diarios. Pero no fue capaz de alimentarse mejor. No estaba dispuesta a coger kilos de más que resultaran muy difíciles de quitar. Y sólo al final del embarazo sacrificó sus clases de paddel diarias en el complejo donde vivía...oO


Pero que coño le pasa a las tias de esta ciudad!! Que parece que no les gusta follar.

Te has fijado que los tios buenos nunca te dan el coñazo. Cuanto un tio se te acerca en un bar:es feo, cuanto te pide el telefono, es por que es feo. Y luego encima te llama. Con los tios bueno eso no pasa...oO

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Aquella mañana había sido muy dulce despertarse. Había dormido como nunca. Los rayos de aquel sol de octubre se comprimían para colarse por las pequeñas rendijas que separaban el amanecer de las sombras de su habitación. Todavía se quedó un rato más bajo las sábanas saboreando aquella hermosa sensación, tan poco común, de calma absoluta, los ojos cerrados, la mente vacía...oO